18 diciembre 2010

El Credo de los Apóstoles en la Biblia


Desde su origen, la Iglesia apostólica expresó y transmitió su propia fe en fórmulas breves y normativas para todos.


Los  credos en el sentido amplio del término no están en las Sagradas Escrituras, pero eso no los hace contrarios a ellas, porque los credos siempre han tenido por objeto expresar verdades bíblicas esenciales.

Más aún, san Cirilo de Alejandría sobre este asunto escribió: "Esta síntesis de la fe no ha sido hecha según las opiniones humanas, sino que de toda la Escritura ha sido recogido lo que hay en ella más importante, para dar en su integridad la única enseñanza de la fe".

En  "para saber más", está el Credo de los Apóstoles con algunas citas bíblicas.

Creo en Dios
Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. (Dt 6,4)

Padre todo poderoso
Porque no hay nada imposible para Dios. (Lc 1,37)

Creador del cielo y de la tierra
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. (Gn 1,1)

Creo en Jesucristo
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". (Mt 16,16)

Su único Hijo
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. (Jn 3,16)

Nuestro Señor
Por eso, todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías. (Hch 2,36)

Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios". (Lc 1,35)

Nació de santa María Virgen
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: "La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel", que traducido significa: "Dios con nosotros". (Mt 1,22-23)

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato
Pilato mandó entonces azotar a Jesús. (Jn 19,1)

Fue crucificado
 Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado "del Cráneo", en hebreo "Gólgota". (Jn 19,17).

Muerto y sepultado
Jesús, con un grito, exclamó: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Y diciendo esto, expiró.
Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado. (Lc 23, 46.53).

Descendió a los infiernos
Cristo murió una vez por nuestros pecados –siendo justo, padeció por la injusticia– para llevarnos a Dios. Entregado a la muerte en su carne, fue vivificado en el Espíritu. Y entonces fue a hacer su anuncio a los espíritus que estaban prisioneros (...).  (1 P 3,18-19)

Al tercer día resucitó de entre los muertos
Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. (1 Co 15,3-4).

Subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todo poderoso
Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. (Mc 16,19)

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos
Y nos envió a predicar al pueblo, y atestiguar que él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. (Hch 10,42).

Creo en el Espíritu Santo
¿Quién puede conocer lo más íntimo del hombre, sino el espíritu del mismo hombre? De la misma manera, nadie conoce los secretos de Dios, sino el Espíritu de Dios. (1 Co 2,11)

La santa Iglesia Católica
Y yo te digo: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella". (Mt 16,18).

La comunión de los santos
Después de esto, vi una enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas (...)  (Ap 7,9)

El perdón de los pecados
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió "Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan". (Jn 20,2-23)

La resurrección de la carne.
Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús habita en ustedes, el que resucitó a Cristo Jesús también dará vida a sus cuerpos mortales, por medio del mismo Espíritu que habita en ustedes. (Rm 8,11)

Y la vida eterna.
Tampoco existirá la noche, ni les hará falta la luz de las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y ellos reinarán por los siglos de los siglos. (Ap 22,5)

Amén.
Que la gracia del Señor Jesús permanezca con todos. Amén.(Ap 22,21)

Catecismo Iglesia Católica

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